Lo que se debe y no se suele decir

miércoles, 7 de junio de 2006

Hacer en un mes lo que no se ha hecho en nueve


Queda menos de un mes para que termine el curso y comienzan a aparecer caras nuevas por clase. Son esas famosas personas que nombran al pasar lista pero que nunca están presentes. Más de uno pensó que eran nombres que inventaba la universidad para completar el número de plazas. Pero no es así, existen.

Un día estás tranquilamente en la cafetería con tus compañeros cuando de repente te tocan la espalda y te dicen con exceso de efusividad:

- ¡Hola!, ¡cuánto tiempo!
Pues si que debió pasar tiempo porque no recuerdas quien es.
- Bueno, ¿y qué tal va todo?
- Bien… ya sabes… por clase y tal…
- Si, ya, claro… oye tío, ¿me podrías hacer un favor?... Ponte a temblar.
- Mira es que he estado bastante liado este tiempo con unos asuntos y me faltan muchos apuntes…
Me han dicho que los tienes pasados a ordenador... ¿me los podrías dejar? Los voy a fotocopiar ahora en un momento y te los traigo.

En este momento pueden pasar tres cosas:

A- Le dejas los apuntes, los fotocopia, te los devuelve y contribuyes a que esa persona siga por la vida con más cara que espalda.

B- Le dejas los apuntes, se va, no le vuelves a ver el pelo ni en los exámenes finales (por supuesto nadie conoce su móvil), contribuyes a que esa persona siga por la vida con más cara que espalda y encima te conviertes en un pringao sin apuntes (si aún no estaban subrayados cabe la posibilidad de volver a imprimirlos).

C- Sonríes, le dices que nunca dejas los apuntes y te ganas la reputación de borde.

Estos son quienes luchan por un aprobado, pero en estas fechas comienza otro tipo de lucha: el de las matrículas. Aquí todo vale: el tener una asistencia a clase intachable, el pedir tutorías masivamente, el abordar a los profesores por los pasillos por un repentino interés por la asignatura de última hora… Están siempre alerta, atentos al menor fallo del rival, haciendo complicados cálculos matemáticos para medir la participación en clase… hasta el mínimo detalle cuenta para ir a reclamar.
En fin, un ambiente entretenidísimo para este tramo final.

El resto de los mortales tenemos suficiente con soportar el calor, intentar no agobiarnos y aprobar todo para volver pronto a casa y comenzar las "últimas" vacaciones.