Lo que se debe y no se suele decir

lunes, 29 de enero de 2007

La faceta desconocida de D. Miguel

El pasado viernes tuve el gusto de acompañar a D. Miguel Sánchez de Alcázar en la presentación del que será cartel oficial de la Semana Santa de este año. Un cartel bonito en el que queda recogida la Virgen María en su advocación de la Amargura.

Era un acto público al que D. Miguel no acudía como alcalde de la ciudad ni como miembro del Partido Popular. No lo hacía en un ambiente político ni electoralista, no se trataba de ello. Acudió invitado por la Agrupación de Cofradías como un cristiano más, como un devoto más, como un cofrade más.

Comenzó su discurso muy agradecido por la invitación, remarcando el carácter del acto y por ello no dudó en ningún momento, dejando de lado todo tipo de respetos humanos, la forma y trato con que debía dirigirse a la Virgen, su madre, nuestra madre.

Tras esto, prosiguió en ese tono sencillo y si se me permite decirlo "campechano" que le caracteriza, ensalzando los contenidos de dicho cartel en el que principalmente quedaba reflejada la Virgen de la Amargura, imagen titular de la Iglesia de El Salvador. Tal y como él dijo: "mi Iglesia, en la que asisto a las celebraciones Eucarísticas y de la que me siento uno más".

Acabado el acto la Agrupación de Cofradías tuvo un obsequio con el ponente regalandole una réplica del cuadro que había sido presentado. Cual no fue el detalle final de D. Miguel que acto seguido al ofrecimiento lo miró fijamente como entonando mentalmente una pequeña oración o piropo y acercándoselo le dio un beso. Hay cosas que salen solas... y aunque algunos no quieran verlo así, estoy seguro que todas estas fueron espontáneas, propias de una gran persona como es él.

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