Lo que se debe y no se suele decir

sábado, 15 de julio de 2006

Lo que cuestan las cosas

Por lo general todo en esta vida suele costar. Hay cosas que cuestan mucho, otras que cuestan poco. Otras que simplemente “cuestan”.

No hablo sólo de dinero porque las cosas que cuestan dinero son las más insignificantes y fáciles de conseguir. Hoy día todos disponemos de más o menos dinero, y si no lo tenemos podemos conseguirlo.

Las cosas que realmente cuestan son las que tenemos que trabajar por nosotros mismos. Buscar una buena novia es algo que cuesta. Saber dar a tus amigos lo que se merecen es muy costoso. Estar siempre a la altura de las circunstancias suele resultar tremendamente complicado.

Por otro lado, también hay cosas muy simples que liamos. Dar un beso a tus padres cuando te levantas es algo tan fácil de hacer que quizás por eso algunas veces se nos olvida. Que sea fácil no es sinónimo de que esté carente de valor. Los más pequeños detalles son los que quizás más se aprecian. Una sonrisa cuando se está cansado, unas palabras amables, dejar un objeto preciado… cosas que no cuestan nada física o económicamente, que requieren más de generosidad, aprecio, amistad, estima, carácter... y que por ello cobran un valor inmenso.

A quién más le parezca elemental el post de hoy quizás sea el que más tenga que pararse a pensar y meditar sobre él. Hay cosas que sabemos pero que no conocemos.


También es conveniente saber que lo que más cuesta es lo que más se disfruta.